Cuando se pierde a un ser querido con la muerte, nos enfrentamos a un camino por lo general oscuro, largo e incierto. En el trascender por este camino, en algún momento encontramos la luz, esa que nos permite vernos a nosotros mismos de otra manera, y avanzar por una nueva vida sin la presencia física de esa persona, pero con la certeza que aprenderemos a vivir sin ella. En este caminar nos enfrentamos por primera vez a experimentar nuevas situaciones, nuevos logros, vivir otros momentos y festividades con el resto de la familia con la ausencia de la persona fallecida. En esta época decembrina se acostumbra en la mayoría de los países a celebrar días y fechas denominadas festividades, en las que solemos ser convocados a las reuniones familiares o los eventos sociales. Sea o no tu caso, siempre existirán fechas como cumpleaños y/o aniversarios que serán días donde las emociones y la incertidumbre se apodera de nosotros durante el duelo.
No te sientas extraño preguntando qué hacer si se acercan esas fechas, porque esa pregunta es muy común y hoy de manera muy sencilla quiero dejarte algunas estrategias basadas en la aceptación y el compromiso, qué pueden ayudarte, sin importar si te encuentras iniciando el proceso de duelo o si ya llevas meses o años en él. Lo valioso es que puedas ponerlo en práctica desde ya.
Para dar inicio, quiero que te tomes unos minutos para imaginar que estás caminando con ojos vendados en un gran lugar desolado, lo único que llevas en una maleta con una pala. Como vas con los ojos cerrados, cada paso que das es incierto y sin darte cuenta caes a gran hueco profundo.
Estas muy confundido, pero lo primero que haces es utilizar la pala que llevas en tu mochila y empiezas a cavar, pero no logras salir de ahí, empiezas a hacerlo con más rapidez, pero no consigues nada. Por más que juntes todas tus fuerzas eso no es suficiente para salir de ahí. Es posible que cavar no sea la solución o tal vez no de esa manera.
Solución A: Sigues cavando, pero el hueco se va haciendo más profundo y tu sigues ahí
Solución B: Dejar de cavar y te abrumas por lo que sucede.
Solución C: Empiezas a rasgar lentamente con la pala las paredes del hueco para ir acumulando tierra a tus pies y subiendo el nivel del piso del hueco.
¿Qué observas con el ejemplo? ¿Cómo lo puedes relacionar con tu proceso de duelo?
Lo primero es que no podemos negar nuestra realidad, no aceptarla o actuar precipitadamente nos llevará solo a continuar ahí o empeorar una situación, muchas veces ir con afán, o intentar hacer lo mismo una y otra vez, no es la mejor opción.
De esta forma lo mejor es hacer conciencia de la realidad en la que te encuentras y conectar con tu presente. Enfócate en ti, en sentir, en sacar tu dolor llora y grita si es necesario, lo importante es vivir este nuevo suceso como tú deseas vivirlo, no como otros quieren que lo vivas.
Cuando conectas con tu dolor, y sabes que no lo estás evitando, sino viviendo, será más sencillo actuar en planes de mejora.
Prográmate para llevar tus días a un ritmo más lento, una estrategia que puede servirte es concentrarte en todo aquello que podemos percibir con nuestros sentidos. Por ejemplo, intenta dedicar unos minutos a contemplar la naturaleza, las flores, el atardecer, respirar los aromas del día, o saborear esa fruta que tanto te gusta, de manera más consciente, sintiendo su aroma, su textura en tu paladar, así cuando lo logres, vas a sentirte diferente con tu realidad, incluso puede disminuir la ansiedad que es un sentimiento normal en el duelo. Practicar estos ejercicios, te prepara para momentos difíciles, donde las emociones se desbordan.
Una vez conectada con el presente, te estas sintiendo más paciente, ahora es momento de abordar las festividades.
- Dos o tres días antes del día especial, puedes apoyarte de personas en las que confíes, para hablar de cómo te sientes y cuál es tu deseo para esos días. Escucha atentamente lo que esas personas te quieren decir, y luego ponlo en paralelo a lo que tú quieres, negocia, pero no te aísles.
- Ve a tu propio ritmo, si no deseas salir de tu casa, busca preparar algo sencillo pero significativo para ti. Si por el contrario deseas salir, no te expongas a situaciones que consideras pueden generarte mucho malestar.
- Permítete llorar o sentir nostalgia, habla de esa persona, pero recuerda siempre traer contigo un pensamiento de agradecimiento o alegría junto a él o a ella (esta es tu arma secreta, para disminuir los pensamientos de dolor).
- Intenta seguir tu tradición por ti, no por otros, lo nuevo que harás en ese día, es un homenaje a quien no está, por ejemplo, tomate un momento en la cena, donde recuerdan con una anécdota a quien no está, también puedes optar por dejar una fotografías en la mesa, rituales de agradecimiento, palabras de los cercanos y compromisos familiares. Son algunos de los ejemplos que puedo darte, pero recuerda siempre, que quien elige que hacer, eres tú.
Como ves no son muchas herramientas, porque el objetivo no es llenarte de una inmensidad de tareas, la idea es que conectes con lo que te hace sentir en paz en ese día. Te dejo algunas frases que puedes usar o repetirte esos días.
Estas son frases que las personas y familias que han estado en orientaciones psicológicas, que le han ayudado mucho en sus procesos y consideró que te ayudaran a ti también
“Hoy no estarán esas personas que amamos, pero si me viera quisiera que fuera feliz”
“Aprendí que no es como los otros quieran que yo viva el duelo, es como yo siento el dolor”
“Son días raros, y por eso no debo prestarles tanta atención”
“En su cumpleaños, creí que no iba a sobrevivir, pero recordar que sus mejores momentos son mi motor”
Autora: Jenny Paola Peña Hernández