La pandemia generada por el Covid-19 aun continua, la diferencia es que se presenta una nueva normalidad en el proceso de vida y las actividades diarias. Las empresas intentan retomar las labores de forma presencial y poco a poco han ido dejando atrás el trabajo remoto y el “homeoffice”, pero ¿qué tan preparada está la población para retornar a sus lugares de trabajo?
Es claro que el teletrabajo, el “homeoffice”, trabajo remoto, o como quiera llamarse, dejó varias opiniones en la población laboral del mundo; muchas a favor como “la facilidad de adaptar horarios y compartir con el núcleo familiar”, y otras en contra como “la desaparición de límites en los horarios, más carga laboral y no poder distribuir el tiempo”. No obstante, independientemente de cual fuera la postura de la persona, asumir esa realidad requirió de un proceso y un tratamiento especial a la adaptación.
De ahí que hoy, cuando las personas empiezan a retomar sus actividades externas y con ellas el regreso a los lugares habituales de trabajo, genera cierto, que debe ser visto como un duelo también.
Para muchos no es fácil despedirse de la comodidad que generó está intempestiva rutina, algunos hasta llegaron a pensarla como definitiva, esa es la razón de que se generara un duelo, despedirse del hogar y volver a un entorno de interacción constante, pérdida de horario flexible, enfrentarse al transporte y los embotellamientos y a la idea de que aún hay posibilidad de contagiarse, aún ya aplicándose la vacuna. Esto, en muchos casos, ha generado crisis en los trabajadores, que se manifiesta en comportamientos tales como ansiedad, agobio y labilidad emocional.
Pensando en esto desde Grupo Recordar, les compartimos estos tips para el manejo de este tipo de duelo, para hacer que el regreso a la rutina sea mucho más llevadero.
Lo primero que hay que hacer, es identificar las emociones que genera el duelo:
1. Negación: pensar que tal vez esto es mentira, también será momentáneo y con ello se buscan excusas para expandir el tiempo en casa: …“La pandemia no ha culminado…”
2. Ira: impotencia al sentir el cambio en esta nueva zona de confort, sentir inestabilidad.
3. Negociación: poder alternar el trabajo de forma presencial y remota.
4. Depresión: al no haber otra solución tristeza profunda por todo lo que cambiaría, incluso, no sentir ganas de tornar.
5. Aceptación: días después de volver, adaptarse a los horarios, socializar con compañeros, y crear homeostasis en casa con la familia.
¿Cómo logro llegar a la etapa de aceptación?
1. Identificar pensamientos negativos y no anticipar lo que no ha sucedido, evitar pensar en los factores negativos que existen por estar lejos de casa.
3. Planificar, es importante ir revisando cómo están los horarios, y con esto, ir ajustándolos a nuestras nuevas condiciones. Por ejemplo, coordinar quien estará a cargo de los niños durante el tiempo en la oficina, revisar nuevos horarios para la actividad física y contemplar nuevos métodos de transporte.
4. Identificar aquellos motivadores laborales antes de la pandemia. Probablemente el pensar en reencontrarse con los compañeros de trabajo, ir a almorzar al restaurante rico cerca de la oficina, o simplemente el tener que arreglarse para salir, pueden ser motores que incentiven las ganas de volver a esa antigua normalidad.
5. Continuar con las actividades gratificantes y conservar aquellas donde se logró ser feliz o estar tranquilo.
6. Compartir los miedos, buscar una red de apoyo con quien tener la facilidad de expresar esos sentimientos de inconformidad o temor. Esto puede ser de gran ayuda, además es la oportunidad de encontrar una perspectiva positiva o realista a las situaciones negativas.